“Si arde, entonces es verdadera…” Rainer María Rilke. La pasión o espiritualidad que encierra una imagen es el objetivo de nosotros como fotógrafos; Rilke, bien lo plantea. Replantear la certidumbre. Dudar. Acercarnos a la imagen sin presentirla como una unidad, sino como el origen de una elaboración imaginaria e intelectual.

No miramos con los ojos como único recurso, abrazamos la imagen con y a través de la palabra. La leemos a través de procesos de conocimientos que nos obligan a instituir un ejercicio de reflexión más allá de la vinculación inmediata que nos produce la contemplación de lo visible. ¿Qué ocurre en el contacto de la imagen con lo real?, ¿la imagen nos brinda la verdad de la realidad? ¿cómo recorrer esa lectura? Este taller consta de 3 ejercicios que serán discutidos en clase y una entrega final.