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actualidad

Mis últimas 7 fotos | © Estefania De Sousa

Muévete

En mis cortos 20 años, he aprendido que el movimiento es una de las partes fundamentales

de la vida. Cada vez que siento que la vida me pesa, o que estoy en el fondo de un hueco,

sé que la única manera de salir de allí es levantándome y accionando.

1 (11)

 

 

Apóyate

Mi padre siempre ha sido una persona muy trabajadora, por lo cual, en mi infancia era

prácticamente una figura ausente.

A los pocos años de habernos mudado a Venezuela, mis padres se divorciaron y yo me fui

a vivir con mi madre.

La separación creó una grieta muy profunda en la relación paternal. En ese momento esa

espalda era como una pared inalcanzable para mi.

A medida de que fui creciendo y con la ayuda de mucha terapia, me percaté del esfuerzo

que hacía mi padre por darme todo lo que yo necesitaba aunque estuviera lejos. Por ello,

decidí acercarme.

Al hacerlo me di la oportunidad de conocerlo como individuo, y fue allí cuando entendí

finalmente que él es un ser humano como todos (con sus virtudes y defectos), con un

corazón enorme y que absolutamente siempre tendré sus hombros sobre los cuales

apoyarme.

2

 

 

Enfócate

En nuestro día a día nos topamos con infinitos problemas, aquellos que son nuestros y

aquellos que son de externos y que aún así nos afectan.

Por ser muy sensible, me tumbaban muchísimo los problemas del mundo, hasta que me

topé con el concepto de la “zona de influencia”. Básicamente este término incita a que te

enfoques en ti y en el área en que tus acciones de verdad van a tener resultado (ojo, no es

lo mismo que la comfort zone) . De esa forma, poco a poco vas a construir aquella realidad

que buscas y tus acciones van a influenciar y a involucrar a más personas.

3.1

 

 

Deja ir

A medida de que vamos creciendo establecemos relaciones o nos apegamos a ideas sobre

la vida y sobre nosotros mismos. Yo aprendí, por las malas, que todo tiene un plazo y que, a

veces, simplemente llega el momento de dejar ir aquello que en algún momento nos hizo

muy bien.

4

 

 

Mantén tu niño interior

Creo que algo necesario en la vida es mantener la curiosidad y la inocencia ante ciertos

hechos. Muchas veces nos privamos de estar en ciertas situaciones o de entender otros

puntos de vista solo porque estamos encerrados en nuestro mundo. Por ello pienso que es

de suma importancia mantener nuestro niño interior siempre alerta, ver un mismo objeto de

miles de formas distintas y aventurarnos a explorar sin pensar tanto en los “no” y más en los

beneficios que obtendremos al final de nuestra andanza.

5

 

 

No importa qué, sigue creciendo

La historia de esta foto es bastante peculiar. Esa planta lleva bastante tiempo en la casa y

originalmente tenía un follaje distinto.

El año pasado pasé por una serie de eventos que me tumbaron muchísimo, mi mamá

estuvo muy enferma, mi hermano (que es mi gran confidente) se fue del país y estaba en

pleno declive mi relación de años. En ese período las hojas de la mata empezaron a caerse

y parecía que estaba muerta.

Sin embargo, yo seguí dándole agua.

A comienzos de este año muchas cosas en mi vida se estabilizaron y, no sé si fue por

casualidad o no, en ese justo momento comenzaron a salirle unas hojitas completamente

distintas a las de antes a mi planta.

Ese sencillo hecho fue un símbolo que me marcó demasiado.

No importa cuan dificil sea la situación, si seguimos abonando aquello en lo que verdad

creemos, vamos a transformarnos y crecer poco a poco.

6

 

 

Acéptate

La mayor parte de mi vida estuve rodeada de hombres. Mi infancia (hasta los 10) transcurrió

en un pueblo de Portugal, en donde convivía con los chicos jugando con piedras y al fútbol.

Ellos todo el tiempo se reían de las chicas por llorar o por ser muy delicadas, por ello crecí

pensando con ese tipo de ideas y sintiendo que esa era la verdad.

Cuando me mudé a Venezuela, las interacciones eran muy distintas, las chicas eran

delicadas y los hombres eran mucho más cálidos con las mujeres (a veces demasiado diría

yo), y, a pesar de estar en otro país, los comentarios despectivos en cuanto al sexo

femenino eran hasta peores de los que había escuchado de niña.

Lo cierto es que, todas esas cosas, por sencillas que parezcan, impregnaron mi mente y

crearon una gran disyuntiva en mi a medida de que fui creciendo. Yo no quería ser una

“chica fácil que se deja llevar por cualquiera”, ni una delicada que llorara por todo, ni una

“hormonal bipolar”, por ello repudiaba inconscientemente todo lo que estuviera relacionado

con ser mujer, como por ejemplo vestirme con faldas y vestidos o cosas tan sencillas como

el color rosado.

Pero al crecer, ir a terapia y al envolverme en otro entorno, comencé a abrirme poco a poco.

No fue sino hasta finales de 5to año que di el gran paso de comprarme mi primera falda, y a

medida de que fui entendiendo mi ser, comprendí que la sensibilidad es una herramienta

sumamente poderosa y que soy extremadamente sensible, pude ver que el cuerpo de una

mujer es bello y aún más si está acompañado con la ropa adecuada; y que es inevitable ser

hormonal si eres mujer, pero eso nos puede llevar a ser unas personas muy empáticas.

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©2024 Roberto Mata Taller de Fotografía | Diseño y Desarrollo: Andrés Martínez y Daniel Viera
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