‘El hombre dejó a su paso construcciones que delatan su tránsito por el mundo. Pero poco a poco, ahora que ya no está, la naturaleza se las come. Las hojas y los tallos se tragan la única pista de un intento de relevancia en los cuatro millones de años desde que caminó en dos patas sobre la tierra.
En este escenario solo queda una persona en el mundo. Como tiene la libertad de pasear a su antojo, deambula buscando indicios de que antes hubo otros como ella. En su memoria solo quedan las últimas siete imágenes y esto es lo que vio.’
Andrea Hernandez